Este luminoso apartamento, en una torre en la costa levantina, se asoma al horizonte azul a través de grandes ventanales. Sus espacios, amplios, cómodos y fluidos, son obra del estudio de arquitectura Barea+Partners.
Unos grandes ventanales recorren la fachada, conectando visualmente exterior e interior.
Espacios comunicados
Los interioristas derribaron tabiques para conectar los espacios. Comedor, salón y dormitorio fluyen sin trabas, tan sólo unas sencillas cortinas proporcionan la independencia en la zona de noche cuando se requiere.
Decoración ultrafresca
La madera clara, tanto en el suelo como el gran parte del mobiliario, confiere a la decoración un estilo joven y natural, de marcado acento nórdico.
Espacios abiertos bien diferenciados
La cocina, abierta, se independiza estéticamente mediante un escalón y la utilización de distintos materiales. La piedra caliza que reviste y pavimenta esta zona, contrasta con la madera del resto de la casa.
Dormitorio sobrio y elegante
La tarima de madera del suelo se prolonga en una estructura-cabecero-dosel que acoge la cama. Un sistema de retroiluminación le aporta un carácter escultórico al conjunto.
Cuarto de baño minimal
De líneas depuradas, todo en blanco, con el lavabo integrado en la encimera.
Dormitorio zen
Otro dormitorio, también con vistas, se ha resuelto con la cama tipo futón, colocada en una tarima que dibuja el suelo.
Zona de trabajo
El estudio Barea + Partners acondicionó una pequeña zona de escritorio, con un mueble realizado a medida, completado por una silla estilo Thonet.
Armario vestidor
El dormitorio principal cuenta con una zona de vestidor contigua al cuarto de baño, con las puertas de los armarios paneladas de espejo.
En lo alto de una torre de apartamentos de la costa de Levante, con un escenario privilegiado con el horizonte como lienzo, se encuentra este piso, pensado para el relax. El equipo del estudio Barea + Partners redistribuyó totalmente los espacios, creando ambientes abiertos que, volcándose al mar, consiguen sumergir la vivienda en el aura de tranquilidad de la costa. Madera clara, colores frescos y el mobiliario básico, conforman un interiorismo cómodo, con las simplicidad de conceptos y la limpieza formal como notas predominantes. El resultado final evoca la refrescante brisa marina y un confort tan básico como efectivo. La armonía, la fluidez espacial y, sobre todo, las vistas sobre el horizonte azul del mar, conforman, con fundamento, lo que los clientes buscaban para su apartamento en la playa.