Este piso madrileño ha resurgido de sus cenizas para convertirse en la casa perfecta para un single: pocas, pero espaciosas estancias, que el mobiliario ha vestido de un estilo retro chispeante.
Formas y tonos diversos ganan en orden con una disposición de volúmenes prácticamente simétrica. El sofá Prottos, de terciopelo azul, es de Perobell. Sobre él, cojines de seda de In Dietro. Las butacas proceden de Youtopía. Flanqueándolas, un busto de Anmoder y la lámpara de techo Artichoke, de Louis Poulsen, en L.A. Studio. El cuadro es obra de Diego Gómez de la Cruz.
EN LA COCINA, SUMA ENRIQUECEDORA
El equipo de Gunni & Trentino jugó al contraste al diseñar la cocina utilizando tres materiales muy distintos –laca, acero y madera–, pero que interaccionan a la perfección. En primer plano, cajas de galletas de la tienda londinense Fortnum & Mason, cubiertos de Durán y licoreras de Azul-Tierra. Al fondo, frigorífico de Liebherr y hornos de Siemens.
UNA COCINA CON ISLA CENTRAL
Es la pieza clave del espacio: no sólo sirve como zona de trabajo y cocción –con una vitrocerámica de Foster y campana de Pando–, sino que incorpora una práctica barra a la que dan servicio los taburetes Bombo, de Magis. El televisor es de Philips. Tazas, de Habitat, sobre una bandeja de Hanbel.
DOS AMBIENTES EN UNO
El tiro de la antigua cocina de carbón se ha transformado con la reforma en un versátil elemento: aloja una chimenea y separa la zona de descanso –con mesillas de Anmoder– de la bañera. Ésta es un diseño con patas de Jacob Delafon y grifería de Cristina que ha encontrado en la lámpara de cristal, de anticuario, el compañero ideal.
CUARTO DE BAÑO CON VESTIDOR
La decoradora ha ideado un espacio protagonizado por la madera de nogal español. La zona de los lavabos, con grifos de la colección Citterio de Axor, se ha ubicado en un módulo exento al que ilumina una lámpara de techo con tulipas amarillas comprada en Londres. El dibujo es de Arturo Elena.
VESTIDOR
Bloque de armarios y, al fondo, la ducha.
PIEZAS MUY ESPECIALES
Resultan básicas para dar carácter al despejado salón. La cómoda, de estilo André Arbus –figura de la decoración francesa de mediados del siglo pasado–, y la mesa de centro proceden de Anmoder. Una alfombra, de BSB, complementa el conjunto.
GRUPOS DE OBJETOS, UN PLUS DE ESTILO
Como el que aporta el dúo de jarrones gemelos de cristal, recortándose en la repisa de la chimenea.
COMPOSICIONES CON ADORNOS DE CORAL COMO PROTAGONISTAS
Sobre la cómoda del salón acompañan a una lámpara en cromo y negro, y a una escultura de acero de Rafael Amorost.
EN LA MESA DE CENTRO
Los adornos de coral juegan con esferas de cristal ámbar. Todo procede de Anmoder. Los arreglos de lilium son de The Flower Room.
VANOS PARA UNIR ESTANCIAS
Un diván Barcelona, de Mies van der Rohe, precede la entrada al estudio, custodiada por una mesa auxiliar de acero y cristal –ambas piezas se consiguieron en eBay–. Encima de ésta, jarrones comprados en Londres y en Zara Home. El cuadro apoyado en el suelo y el del fondo son de Xurxo Alonso.
LUMINOSO RINCÓN DE LECTURA
Los pufs de cebra y la lámpara de pie son de Anmoder. La Lounge Chair de los Eames, en cuyo reposapiés descansa una manta de Becara, se adquirió en eBay. La chimenea es de anticuario. En el techo, lámpara de Los Modernos.
SUCESIÓN DE ESPACIOS
La ausencia de puertas permite ver desde el salón el comedor, con un cuadro de Diego Gómez de la Cruz al fondo, y la zona del estudio que alberga la librería. Entre los dos pasos, la silla –de estilo Tony Duquette– se encontró en Anmoder.
UNIÓN DE ÉPOCAS
El aparador y la mesa de comedor, dos diseños art déco, en Los Modernos, imprimen un sello especial a la estancia. Las sillas Andrea son de Andreu World; las lámparas de pie, de Anmoder; y la alfombra extralarge, de BSB. La araña, de anticuario, es una pieza del s. XIX de cristal de La Granja. La fotografía la firma Regina Pombo; el mantel, la cristalería y la vajilla proceden de Becara.
La casa parecía la de Drácula: oscura, vieja, llena de habitaciones..., aunque su amplitud y la ubicación en el centro de Madrid compensaban todos los inconvenientes», recuerda el propietario. Así, la reforma que realizó, proyectada por la interiorista Alba Ausín, fue total. No sólo hubo que renovar instalaciones y revestimientos –«la cocina conservaba la pila de mármol y los fogones de carbón, no había gas ni calefacción...»–, sino que la distribución cambió por completo, con una concepción del espacio en la que sólo han tenido cabida estancias útiles y adecuadas al estilo de vida del dueño: un joven profesional soltero.
«Quería aprovechar al máximo la superficie con pocos, pero amplios ambientes. Por ejemplo, sólo hay un dormitorio, pero tipo suite. Y el salón es muy grande, perfecto para celebrar cómodamente las reuniones que hago en casa». La idea era crear continuidad entre las estancias, pero sin llegar al loft. Así, los ambientes son independientes, aunque con una comunicación fluida a través de vanos –las puertas, en el dormitorio y el aseo de invitados–. Además, se ha usado madera de merbau para el suelo de toda la casa, salvo en los baños, donde es de pizarra y mármol sin pulir, y en la zona de trabajo de la cocina, pavimentada con cemento.
La uniformidad se halla también en la gama cromática elegida. Paredes y carpinterías blancas son un fondo perfecto para un mobiliario que, del art déco a la década de los cincuenta, repasa hitos del diseño industrial –obras de los Eames, Van der Rohe...–, junto a piezas de estilo Hollywood –a la manera de Tony Duquette– o de la Francia chic de André Arbus.