Fuera: una arquitectura racional que aprovecha los condicionantes del terreno. Dentro: atemporales piezas nórdicas son el alma de la decoración. El equilibrio de volúmenes y materiales logra unir practicidad con emoción estética.
Se emplearon piedra caliza y madera en uno de los cuerpos, y planchas de Viroc en otro. Los voladizos de las terrazas techan dos zonas de exterior: el comedor, con las sillas Pip-e, de Starck para Driade, y un área de estar, con butacas de Isabel Madinabeitia y el sofá Tokyo Pop de Driade. La escultura es de Olga Copado.
DOS AMBIENTES EN EL SALÓN
Junto a las cristaleras correderas, sofás de Flexform y mesa de Taller Arcaya. La lámpara de pie es el modelo Glo-Ball, de Flos. En primer término, butaca Pernilla de Bruno Mathsson y mesa con sobre de mármol. En Mosel.
SEPARAR CON ALFOMBRAS
Son dos piezas antiguas que, además, acentúan la calidez del suelo de roble. Al fondo, el rincón de trabajo con un escritorio danés de teca, de Mosel, y la lámpara de pie Rosy Angelis, de Starck para Flos. En la pared, una obra de Barceló.
ZONA DE ESTAR
Situada en la planta más baja, la componen un sofá de Driade y la butaca Gilda, diseñada por Carlo Mollino en los 50 y que edita Zanotta. El cuadro es de Rafael Ruiz Balerdi. En primer plano, lámpara Chasen, de Patricia Urquiola para Flos. Al fondo, la estantería de vidrio, obra de los arquitectos, funciona como un tabique.
ESTANCIA DESPEJADA
Una alfombra de lana y seda de Rica Basagoiti enmarca el ambiente, en el que se han colocado dos vitrinas gemelas, de Molteni, para guardar la vajilla. En la pared, cuadros de Gordillo. Las lámparas pertenecen a la mítica serie PH, de Poul Henningsen, que edita Louis Poulsen.
DOBLE NIVEL
Desde el salón es posible asomarse al comedor, situado a una altura inferior, a través de dos vanos que actúan como balcones. En uno, una pareja de mesas auxiliares unidas ejercen de parapeto; en el otro, vigas transversales hacen de barandilla. Y en medio, un paño que acoge una obra de José Mª Sicilia por una cara y la chimenea por la otra.
PLANTAS COMUNICADAS
Desde esta pequeña zona de estar creada junto al comedor arranca el tramo de escaleras que conduce al piso inferior, con salida a la piscina. La mesa de teca y el banco son de Batavia. Sobre éste, obra gráfica de Miquel Barceló.
BAJAR AL COMEDOR
A través de una escalera cuyos peldaños se han trazado de forma irregular para usar algunos de ellos como asiento. Está equipado con una mesa de roble de Fredericia y dos modelos de sillas: en acabado dorado, las Lago, de Driade.
SELLO DE LOS ARQUITECTOS
Han diseñado una escalera volada donde cables de acero sustentan los peldaños, con la huella de madera en este primer tramo y de vidrio en el superior. Suya es también la chimenea, panelada en chapa de acero pintada con Oxiron.
UNA COCINA MUY PRÁCTICA
Al estar distribuidos en U, los muebles de Apartamento 23, lacados en blanco, acotan perfectamente la zona de trabajo. Las encimeras y el frente de la zona de cocción son de Silestone negro para crear contraste y dar fuerza al conjunto. El taburete antiguo es de Isabel Madinabeitia; los apliques, de Flos.
EL OFFICE, VINTAGE
Para amueblar esta zona integrada en la cocina se han elegido piezas con sello nórdico que aportan un exquisito toque de calidez. Todos los elementos –el aparador de palisandro, las sillas de mimbre, la funcional mesa de comedor y la lámpara de Tapio Wirkkala con tubos de cristal– proceden de Mosel. El cuadro es una Gravitación de Chillida.
PURA COMODIDAD
Sobre la cama del dormitorio, una envolvente manta de pelo. Los apliques son de Flos; la mesita, un diseño de Jacobsen adquirido en Mosel. En la pared de la cabecera, una fotografía de Thomas Struth.
DORMITORIO PRINCIPAL
Con salida a su propia terraza, en él se han cuidado los detalles para crear un ambiente de confort, desde las ligeras cortinas en crudo que tamizan la claridad, creando una luz muy especial en la habitación, a la cálida ropa de cama o la mullida moqueta de algodón. El sillón es de Fredericia.
CUARTO DE BAÑO BLACK & WHITE
Se trata de un espacio enteramente en blanco –acorde con el dormitorio– al que el gres en tono oscuro de Porcelanosa aporta vigor. El mueble del lavabo es un diseño de los arquitectos en laca blanca que permite guardar cómodamente las toallas, de Bassols. La silla es de Ikea.
Tener las ideas claras ayuda al éxito y en esta residencia cántabra todas las partes sabían lo que querían: los propietarios, una casa cómoda, pero discreta; los arquitectos, Covadonga Martínez-Peñalver y David Archilla, del estudio Archilla/Peñalver, sacar el mayor partido a la parcela y a la orientación; y la decoradora, Concha Rodríguez, crear ambientes serenos, contemporáneos y llenos de confort.
La casa se escalona en tres alturas y aprovecha la pendiente del terreno, que deja una planta semienterrada. En ésta, por la que se accede a la piscina, se han ubicado el garaje, un salón, la sala de juegos, el gimnasio, un área de servicio y una zona de invitados. Las estancias principales se distribuyen a lo largo de los dos pisos que quedan sobrerrasante: salón, comedor y cocina en la planta de entrada, y los dormitorios con sus cuartos de baño en la superior.
Para lograr la discreción requerida por los dueños, la casa presenta desde la calle un aspecto sobrio, casi hermético. Pero se ha sacado el máximo partido a las vistas y la orientación sureste abriendo la fachada trasera al paisaje y la luz del sol a través de múltiples ventanales. El uso de distintos materiales en los dos cuerpos de esta fachada y la existencia, en el interior, de un desnivel entre ambos que sitúa los espacios a diferentes alturas son eficaces recursos que ayudan a definir los ambientes. A esta sensación de orden y equilibrio contribuye también la decoración.
La interiorista Concha Rodríguez ha creado un entorno tranquilo y elegante, de tonos neutros, en el que hallan su lugar los muebles nórdicos, actuales y vintage, que poseían los dueños, junto a piezas de grandes figuras del diseño internacional y obras de artistas contemporáneos.
IDEAS DE LOS ARQUITECTOS: ARCHILLA/PEÑALVER (Tel.: 917 154 078) - Aislamiento natural. Se ha recurrido a medidas de ahorro energético pasivas, como el empleo en las fachadas de voladizos protectores y materiales como el Viroc (cemento y virutas de madera), un excelente aislante térmico. - Energía limpia. En el tejado se han instalado colectores solares que caldean el agua corriente, el de la calefacción –por suelo radiante– y el de la piscina. - Pradera eficiente. El proyecto de jardinería se ha basado en criterios de comodidad y sostenibilidad: plantas aromáticas y autóctonas que absorben bien la humedad y no requieren cuidados complicados.